viernes, 4 de julio de 2008

EL MAESTRO JUAN MARTINEZ, QUE ESTABA ALLÍ



Cuando la gente de Kiev se dio cuenta de que los bolcheviques huían río arriba, una muchedumbre jubilosa invadió las calles. ¡La tiranía roja se había terminado! Se acabaron como por ensalmo las caras tristes, las mandíbulaes apretadas, el aire miserable y los disfraces de mendigo. La gente, contenta y esperanzada, formaba grupitos en los portales, se arracimaba en los balcones y poblaba las aceras, comunicándose la buena nueva de la liberación. ¡Los bolcheviques habían huido! Se abrían de nuevo los cafés y lucían otra vez los escaparates. La ciudad entera, con traje de fiesta, se echaba a las calles para recibir en triunfo a los libertadores.

A media mañana entró el ejército nacionalista ucraniano en las calles de Kiev, y desfiló entre los vítores entusiásticos de la población camino de la Duma. Al frente de sus tropas iba el propio atamán Petliura a caballo, con el brazo izquierdo colgando y manchado de sangre. Sangre llevaba también el caballo en el pecho y en las patas como el de un héroe legendario. A su paso las muchachas de Kiev arrojaban flores sobre su cabeza y los representantes de la ciudad salían a ofrecerle el pan y la sal de la bienvenida. Desde los balcones y las ventanas una multitud gozosa le aclamaba.


¿Cómo es posible que no nos hayamos enterado de que en España teníamos un cronista de la Revolución Bolchevique tan bueno como Manuel Chaves Nogales? Lean, lean por favor este libro en el que un bailaor de flamenco, un gitano de Burgos, se recorre la Rusia, primero de los Zares, luego de los Soviets, pasando toda clase de calamidades, y siendo testigo de esta crónica, que uno no sabe si es periodística o novelística, o ambas cosas en armoniosa mixtura.

Y, si después de leer El Maestro Juan Martínez que estaba allí, os quedáis con ganas de más, no os perdáis A Sangre y Fuego: nueve relatos sobre la guerra civil española en los que, según dicen, el azañista Chaves Nogales hace gala de una ecuanimidad casi imposible para un contemporáneo de la debacle. Yo no lo he leído, pero seguro que lo haré, tras la lectura de El Maestro...


MANUEL CHAVES NOGALES