martes, 20 de enero de 2009

DEL CAPITULO 14 DE "TODO FLUYE", DE VASILI GROSSMAN

4

... ¿Qué había pasado? Después de la deskulakización la superficie de la tierra cultivada disminuyó considerablemente y el rendimiento bajó. Según los informes, en cambio, parecía que sin kulaks nuestra vida había florecido de golpe. El sóviet rural mentía al distrito, el distrito a la región, la región a Moscú. Aparentemente todo estaba en orden: Moscú fijaba unas cuotas de producción a las regiones, las regiones a los distritos. Y a nosotros, a nuestros pueblos, nos fijaron una cuota que ni siquiera en diez años habríamos podido cumplir. En el sóviet rural incluso los que no bebían se dieron a la bebida para apaciguar el miedo. Se veía que Moscú tenía todas sus esperanzas puestas en Ucrania. Y fue sobre todo contra Ucrania contra la que más tarde se desencadenaría su ira. El discurso es de sobras conocido: tú no has cumplido el plan, tú eres un kulak encubierto.

Naturalmente, no se pudieron efectuar las entregas requeridas: la superficie cultivada había disminuido, el rendimiento había caído, ¿adónde iban a ir a buscarlo, ese mar de grano koljosiano? ¡Así que lo habían escondido! Eran unos kulaks encubiertos, unos holgazanes. Sí, los kulaks habían sido eliminados, pero su espíritu permanecía. En la cabeza de los ucranianos seguía imperando la propiedad privada.