miércoles, 21 de enero de 2009

DEL CAPITULO 14 DE "TODO FLUYE", DE VASILI GROSSMAN

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... La nieve se había derretido ya cuando la gente comenzó a hincharse; les había sobrevenido ya el edema del hambre: rostros inflados, piernas como cojines, agua en el vientre, se orinaban todo el rato encima, no les daba tiempo a salir para hacerlo fuera. ¡Y sus hijos! ¿Has visto en los periódicos los niños en los campos alemanes? Idénticos: cabezas pesadas como balas de cañón, cuellos delgados de cigüeña, en las manos y en los pies se veía cómo se les movía cada huesecito por debajo de la piel, esqueletos envueltos en piel, una gasa amarilla. Niños con caras envejecidas, atormentadas, como si llevaran en el mundo setenta años, y hacia la primavera no tenían ni siquiera cara, más bien la cabecita de un pájaro con su piquito, o el hocico de una rana, con esos labios largos y finos; otros parecían gobios, con la boca abierta. No eran caras humanas. Y los ojos, ¡oh, Señor! Camarada Stalin, Dios mío, ¿ha visto alguna vez esos ojos? Tal vez no lo supiera, después de todo fue él quien escribió "el vértigo del éxito".

Qué no se llevaban a la boca: cazaban ratones, ratas, víboras, gorriones, hormigas, lombrices, comenzaron a moler los huesos para hacer harina, a triturar la piel, las suelas, las viejas pellizas pestilentes para hacer una pasta, cocían la cola. Cuando creció el pasto se pusieron a desenterrar las raíces, a hervir las hojas y los brotes; prácticamente todo era bueno para hacer un caldo: dientes de león, bardanas, campanillas, epilobios, angélica menor, cardillos, ortigas, uvas de gato... Secaron las hojas de tilo e hicieron harina, pero teníamos pocos tilos. Las galletas de tilo son verdes, mucho peor que las de bellotas.

¡Y nada de ayuda! Además, por entonces ya ni se pedía. Aún ahora, cuando me paro a pensarlo, siento que se me va la cabeza: ¿es posible que Stalin repudiara a toda esa gente? ¿Que se cometiera ese asesinato tan horrendo? El hecho es que Stalin tenía grano. Por tanto condenó a esa gente a morir de hambre porque así lo quiso. No quisieron socorrer a los niños. ¿Era Stalin peor que Herodes? Me pregunto si es posible que hayan sustraído el pan y el grano para matar deliberadamente de hambre a la gente. No, algo así no pudo ser. Pero luego pienso: ¡así fue, así fue! Y enseguida: no, no puede ser...