martes, 20 de enero de 2009

DE LO PEOR, LO MEJOR. DE LO MAS TERRIBLE, LO MAS BELLO

Yo no olvidaré nunca tus palabras. Palabras luminosas como la luz del dia. Te pregunté cómo habían podido, los alemanes, matar en las cámaras de gas a los niños judíos. ¿Cómo podían vivir después de eso? ¿Era posible que no fueran juzgados ni por Dios ni por los hombres? Y tú dijiste: "El castigo del verdugo es éste: no considera a su víctima a un hombre y él mismo deja de ser un hombre; mata al hombre que hay en él, se convierte en su propio verdugo; la víctima, por mucho que la destruyan, continuará siendo un ser humano para toda la eternidad". ¿Te acuerdas?


Vasili GROSSMAN, Todo Fluye. Barcelona, Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores, págs. 168-169.

En próximos posts transcribiré íntegro un capítulo esencial de esta obra, llena de ellos. Aterrorizará. Despertará una compasión infinita y un horror profundo.