En un emotivo discurso pronunciado en el teatro Politeama de Palermo en 1885, Crispi empezó con una lista de los mártires, anticipándose a la utilización de estrategias evocadoras y plañideras por las dictaduras (y algunas de las democracias) de los siglos siguientes, pues la degeneración en exhibiciones públicas de emoción histérica se ha hecho universal:
"La muerte ha reducido las filas de la honrosa falange y son más de seiscientos los que no han contestado a la llamada de la noble ciudad:
El capitán supremo: ¡ausente!
Giuseppe Sirtori, su docto e intrépido lugarteniente: ¡ausente!
Nino Bixio, el Aquiles moderno: ¡ausente!
Giancinto Carini, el brillante capitán de Calatafimi: ¡ausente!
Francesco Nullo, el soldado de la humanidad: ¡ausente!
Giuseppe La Masa, el valeroso rebelde del 12 de enero de 1848: ¡ausente!
Enrico Cairolli, el combatiente impávido e impoluto: ¡ausente!"
MICHAEL BURLEIGH, Poder Terrenal - Religión y Políticia en Europa (De la Revolución Francesa a la Primera Guerra Mundial). Santillana. Taurus. 2005. Págs. 233 - 234.