La Joven Irlanda fue la manifestación irlandesa del nacionamismo cultural romántico de Alemania. Como el movimiento de la Revocación, sus seguidores eran protestantes y católicos. Su faro guiador era Thomas Davis, un joven protestante irlandés de estirpe galesa que pretendía superar los hechos de las divisiones sectarias y los estratos étnicos irlandeses destacando las influencias del entorno, la historia, la literatura y, sobre todo, el idioma. Esto exigía educación a través de los libros y los periódicos, que debía poner al alcance del público la red de salas de lectura de la Revocación. El periódico The Nation, que tenía por divisa "crear y alimentar en Irlanda una opinión pública, y hacer que se sienta de su tierra", y los libros baratos de la Biblioteca de Irlanda saquearon la historia increíblemente rica del país y luego la reelaboraron en relatos y descripciones de viejas hazañas, baladas, canciones y poemas, con un hilo conductor básico, el de que "la historia de Irlanda se puede escribir como los crímenes ingleses". Abundaban en su contenido corazones de patriotas latiendo firme, banderas verdes desplegadas, piernas de los caudillos militares en vueltas en el "barro frío". Davis era especialmente partidario de utilizar las artes visuales para despertar la conciencia nacional:
"Cuando hablamos de arte elevado, queremos decir arte utilizado para instruir y ennoblecer a los hombres, enseñarles hechos grandes, ya sean históricos, religiosos o románticos, despertar en ellos la piedad, el orgullo, la justicia y el valor, pintar al héroe, al mártir, al liberador, al amante, al patriota, al amigo, al santo, al Salvador".
MICHAEL BURLEIGH, Poder Terrenal - Religión y Política en Europa (De la Revolución Francesa a la Primera Guerra Mundial). Santillana. Taurus. 2005. Págs. 217 -218.