jueves, 16 de octubre de 2008

¡¡ÑOS QUE ES ESO!!

Once de la mañana de ayer. Aprovecho la pausa del desayuno en el trabajo para acercarme a la sección de prensa de unos grandes almacenes de acreditadísima solvencia y penetración en el mercado nacional. Me doy un garbeo por el expositor y, como no encuentro lo que busco, me dirijo a la señorita que atiende.

- ¿Qué desea?
- ¿Ustedes reciben la revista "EÑE"?

Al principio está estupefacta, exánime. Luego su rostro empieza a contraerse, como si le hubiese hecho una proposición asquerosa.

- Sí. Ya sabes. Como la letra.
- Ya sé lo que es la eñe. Aquí no tenemos de eso... Voy a preguntarle a mi compañera.

Le hace una seña a su compañera, que anda revolviendo en los expositores, por matar el tiempo. Se acerca.

- Pepita, ¿tú sabes si recibimos la revista "EÑE"?

Pepita reacciona como si le hubieran disparado un directo al estómago. Se repone de la impresión y me dirige la mirada y la palabra.

- ¿Y qué clase de revista es?
- Es una revista literaria - respondo.
- Revistas de guitarra...

No puede ser. No está ocurriendo.

- No es una revista de guitarra, sino una revista literaria, ¡¡¡ LI-TE-RA-RIA !!!

Vamos a ver: la revista es una cosa probablemente infecta que editan Muñoz Molina y los suyos. Probablemente no vale ni el papel en que está impresa y me parece bien que en este remoto rincón del país no hayan siquiera oído hablar de ella. Lo que ya me saca de quicio es que una empleada de la sección de prensa esté a tantos milenios-luz de la literatura que, cuando un cliente le pregunta por una revista y le explica su naturaleza, su cerebro procese de esta curiosa manera el sonido de la palabra "literaria".

Cuando por fin pudimos comprendernos, me respondieron que tenían que preguntar en sus distribuidoras. Hoy he vuelto y me han explicado que "EÑE" es una cabecera que sus distribuidoras no distribuyen (cosa que yo ya me imaginaba).