jueves, 22 de mayo de 2008

JESUS, EL PROTORREVOLUCIONARIO

Algunos socialistas establecieron explícitamente una relación entre religión y socialismo: "¡Queridos conciudadanos! - escribe un autodidacta marxista-. Las tendencias del socialismo contienen los materiales esenciales para una nueva religión [...] Hasta ahora la religión era un problema para el proletariado. Ahora, sin embargo, el problema del proletariado se está convirtiendo en una religión".

Fuera de estos entornos totalitarios era normal hallar lealtades más variopintas basadas en una aparente contradicción. En el Erzgebirge, donde los trabajadores tenían estampas de Lutero junto a las de la Virgen María, tenían también a August Bebel (1) junto al Rey de Sajonia, lo que llevó a un pastor a comentar: "En el alma del pueblo pasa lo mismo que en la pared; junta inofensivamente cosas que son completamente opuestas". Esto fue lo que descubrieron respectivamente Martin Rade y Alfred Levenstein en dos pequeñas encuestas que realizaron en 1898 y en 1919 sobre prácticas y creencias religiosas entre la clase obrera. Levenstein descubrió que algo más de la mitad de sus mineros, metalúrgicos y trabajadores textiles no creían en Dios (el 13 por ciento dijeron que creían), pero que sólo unos cuantos se habían tomado la molestia de borrarse de las Iglesias del Estado. Su partido no se lo pedía, y además, la mayoría no querían ofender a otros miembros de la familia que eran religiosos o temían que pudiese afectar negativamente al futuro de sus hijos. El pastor Rade descubrió un desprecio casi universal a las Iglesias y escepticismo respecto a determinadas partes de la Biblia. Existía en cambio un respeto unánime a Jesús como "verdadero amigo de los trabajadores", afirmando uno de ellos que si Jesús viviera "sería hoy socialdemócrata, puede que incluso dirigente y diputado del Reich". En otras palabras, Jesús era un protorrevolucionario o un reformador secular.

MICHAEL BURLEIGH, Poder Terrenal - Religión y Política en Europa (De la Revolución Francesa a la Primera Guerra Mundial). Santillana. Taurus. 2005. Págs. 310-311.

NOTAS
(1)
August Bebel escribió durante sus estancias en la cárcel Die Frau und der Socialismus (La mujer y el socialismo), libro en el que explicaba, en palabras de Burleigh, "además de sus cavilaciones económicas, igualitarias y estatalistas, que en su sociedad futura el amor al trabajo sustituiría a la holgazanería; desaparecerían muchos delitos; se depuraría el gusto literario; y la vida sería feliz y despreocupada"; optimismo antropológico el de este libro que, según el mismo Burleigh, explica que "se convirtiese en la biblia del socialismo" (M. BURLEIGH, ibidem)