lunes, 30 de junio de 2008
LA MUJER MORENA
Julio Romero de Torres
pintó a la mujer morena
con sus ojos de misterio
y el alma llena de pena
...
Ya ni recuerdo cómo son los claveles que le quería regalar a la mujer morena. Ya ni recuerdo cómo era amar a una mujer morena. Quizá sea como amar a una mujer, sin más.
Puede. Pero la mujer morena gravita de una forma tan diferente. Se diría que su mirar pesa. Se diría que sus cabellos negros se abren sobre ti y amenazan engullirte. Se diría que el pozo de sus ojos te atrae, y te hace desear la negra muerte.
La mujer morena. ¿Por qué tanta pena? ¿Por qué tal desolación? ¿Qué es eso que ningún afeite, que ningún encaje, que ningún satén puede ocultar, y que te hace tan atrozmente deseable?