Alguien me contó este fin de semana la siguiente historia:
en un tiempo muy lejano, en un extraño país, un muchacho vivía sólo con su madre, que lo adoraba.
un día, este muchacho cruzó sus ojos con los de una linda muchacha, y sucedió lo habitual.
él la requebró de amores, y ella se resistía. le decía: si quieres mi amor, has de entregarme la cabeza de tu madre.
el muchacho, primero se resistió (¡era su madre, su amada madre!) y se marchó furioso del lado de su amada; pero, según pasaban los días, el tormento de estar sin su amor se iba haciendo insoportable.
un día, el muchacho no pudo soportarlo más, y tomando un largo cuchillo, cortó la cabeza a su madre. sonámbulo, la envolvió en un trapo y salió con ella a la calle, en busca de su amada.
iba caminando, llorando desesperado, horrorizado consigo mismo por lo que había hecho, cuando de pronto la cabeza le habló.
le dijo: ¡hijo mío! ¡no llores! ¿qué tienes?