viernes, 11 de diciembre de 2009

¿POR QUE ESCRIBIR OOOOTRA NOVELA NEGRA?

¿No hay ya demasiadas en el mercado? Incluso, diría, tengo demasiadas en casa. No he probado aún todos los palos, sin embargo: Simenon, Hammet, García Pavón, Isaac Montero, Vázquez Montalbán, Qiu Xialong, Mankell... de ellos he leído historias en las que el crimen es la excusa, y lo sustantivo, la amalgama de pasiones, prejuicios, y destino inexorable. Quedan en mis anaqueles aún varios volumenes dedicados a Maigret y un "todo Marlowe" que acabo de adquirir. Y tengo pendiente iniciar una exploración como es debido por los grandes nombres femeninos de la novela negra: Mary Higgins Clark, P.D. James, Batya Gur, Anne Perry, Sue Grafton...

El día que empecé a creerme que podía juntar letras y que su resultado podía ser interesante para los demás, inicié la composición de una novela "policíaca". Si lo pienso despacio, era "policíaca", no "negra". No pretendía retratar los "bajos fondos" de los que el crimen emerge como un exudado natural, sino el nacimiento del crimen en el seno mismo de la "sociedad normal". También, la íntima conexión existente entre política y crimen.

El resultado fue un texto ingenuo, antiliterario, hiperexplicativo y en el que mis demonios personales no eran objeto de un tratamiento adecuado. A punto de terminar de escribirlo, lo dejé "por un tiempo". Meses después, durante una de mis recurrentes crisis de escritor, di en la idea de destruirlo. Tiré a la basura el texto impreso, y poco faltó para que me deshiciera de los archvos de word. Una -por entonces- buena amiga me disuadió justo en el último minuto.

No salvaría nada de aquel texto. Nada, excepto una cosa, quizá la única que merece ser salvada: un personaje, el único de todos los que ideé para aquel texto que, más de dos años después de haberlo abandonado por infumable, exige de mí que haga algo con él. E, inevitablemente, se trata de un policía...

Pero, ¿qué tienen los policías, que resultan tan atractivos para ciertos escritores?