sábado, 25 de julio de 2009

VIAJE CON VENUS

¡Era tan cálida, suave, entre sus brazos! Sintió su cabeza en el hombro, el pelo se vertió en su brazo y lo calentó. Bajó emocionado la cabeza para mirarla, vio los ojos que reflejaban las estrellas. Ese mar del cielo, que se hundía allí dentro, lo mareó. Perdido, se inclinó a beber. Y le pareció como si una flor con pétalos de carne, aterciopelados, le sorbiera los labios como en un sueño.
Angelos TERZAKIS, Viaje con Venus, Rey Lear, 2008, pág. 168.