El autor de este blog se ha eclipsado una temporada. Se trataba de una desaparición necesaria para el restablecimiento de un cierto decoroso equilibrio intelectual y emocional, que estaba en riesgo de perderse en el tiempo en que aquella desaparición tuvo lugar.
Ha llegado la hora de asomarse de nuevo por esta ventana de internet. A los que esperaban más y quedaron decepcionados, las más humildes excusas. A los que se alegraron del eclipse, una sonrisa irónica.
No caben promesas dignas de crédito donde no hay más que inconstancia. Pero no hay inconstancia tan poderosa que no pueda ser derrotada, aunque sea un ratito.
Decíamos ayer...